Iniciamos en este número la información sobre algunos de nuestros proyectos de telecomunicaciones, con la rehabilitación integral de un edificio catalogado como patrimonio histórico de la ciudad de Madrid, y que ha exigido soluciones muy específicas de acorde con las singularidades del edificio.
El edificio PRINCIPE DE VERGARA 11, nace a principios del siglo XX, cuando en 1913 el afamado médico, El Profesor D. Juan de Azúa , adquiere la parcela, y contrata los servicios del arquitecto modernista, Eugenio Fernández Quintanilla para realizar el proyecto de arquitectura.
Se estima que el edificio quedó concluido para ser habitado a principios de 1915. El Profesor Azúa, utilizó la entreplanta y primera para habitar con su familia, y el resto lo destinó a el alquiler de viviendas.
El Edificio, catalogado patrimonio histórico de la ciudad, es un gran ejemplo de lo que empezó a ser la arquitectura modernista madrileña de principios del siglo XX, con claras influencias del art nouveau que se venía realizando en Europa.
En el año 1952 la Asociación Mutualista de Ingeniería Civil, AMIC, compra el edificio para convertir parte del mismo en su sede principal transformando las primeras plantas al uso de oficinas, y el resto lo destina a alquileres residenciales.
Finalmente el 15 de diciembre de 2012, un grupo de empresarios venezolanos crea la sociedad CORPORACIÓN VILLA VERGARA SA, que adquiere la totalidad del inmueble para revertirlo, 100 años después de su inauguración, a su uso original, íntegramente compuesto de viviendas, y recuperar sus cualidades arquitectónicas.
El inmueble consta de un jardín al interior de la manzana que se encuentra registrado en el Catálogo de Parques Históricos y Jardines de Interés cuyas especies vegetales cuentan con protección Integral.
El Uso principal del edificio es residencial aunque el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) contempla una relación de usos compatibles y autorizados entre los que se encuentran las oficinas.
También es importante destacar la composición arquitectónica de la fachada, donde se suceden los elementos volados de balcones, miradores, y esculturas, enmarcados entre dos torres que aportan gran solidez a la arquitectura. La experiencia espacial de un visitante, se acentúa en la llegada al portal, donde se acoge al visitante con una escalera imperial, que da paso a un patio con una geometría muy singular, rematado con una exedra. La escalera se descuelga de este espacio, con un movimiento sinuoso, sumamente orgánico. La experiencia acaba en el jardín, un espacio verde, donde destaca la fachada por su solidez compositiva.
El proyecto arquitectónico ha sido realizado por Molior Construcciones y Urbanismo , el de instalaciones por Suma de Arquitectura e Ingeniería y Estudio ICT, CB ha sido responsable del proyecto, dirección y certificación de obra de Telecomunicaciones.